miércoles, 29 de octubre de 2008

De Bajón


De bajón.


Recuerdo mi adolescencia como una época de permanente crisis. Todo era un drama; que te salía un grano (y menos mal que no tuve muchos) ¡socorro! a embadurnarte de pasta de dientes. La razón, no la se, pero era sabido por todas que aquello los hacia desaparecer, (no era cierto.
Por fin, viernes, Abandono el uniforme y ¡Dios Mío! NO tengo nada que ponerme. (El armario rebosaba de modelos), llantos, desesperación y una abuela caritativa...y asi hasta el infinito. Peleas con mi madre, con mi hermana, con mi padre (que con muy buen criterio se negaba en redondo a salir conmigo y mis modelitos).
El chico que te gusta, ni caso. Te quieres morir, el mundo se acaba, llorera, nuevamente desesperaración… Pero paso..Un buen día las hormonas debieron regularse y las crisis terminaron.

Bien pues ahora mismo me siento como en una nueva adolescencia, supongo que es la llamada “crisis de los cuarenta”, esa que te sucede cuando un día te miras al espejo y piensas “donde se han ido mis últimos veinte años”. Con la diferencia que las lloreras ya has comprobado que no solucionan nada. Que ahora la adulta eres tú y tú solita tienes que resolver todas tus crisis. Cuando era pequeña deseaba ser mayor, pensaba que ellos nunca tenían miedo ni dudas, admiraba a mi madre, por ejemplo, porque no le importaba ir al prácticamente a pincharse, suponía que no le dolía. Ahora que lo pienso, no me he vuelto a poner una inyección desde niña y mis hijos tampoco se las ponen. ¿Por qué antes se ponían tantas? ¿No teníamos jarabes o pastillas? O es que mi madre, como el prácticamente era mi tío prefería que nos pincharan? No lo se..se lo preguntaré.

Bien, pues si esta “crisis” añadimos una autentica crisis respecto a mis relaciones con un familiar cercano, la situación se complica y no tengo, la mayoría de los días ganas de nada. Salvo, de cocinar repostería (que yo no me como porque no me gusta el dulce): tartas, magdalenas, pastas, pasteles, etc. Mi familia empieza a quejarse y considerar que ya esta bien que los estoy cebando, pero…es algo que me relaja, el pensar en gramos, tiempos de cocción …me impide pensar en otras cosas.

Espero que esta crisis, como las de la adolescencia sean pasajeras. Un saludo a todos y muchas gracias a todos/as los que os habeis preocupado por mi silencio.
Duplico entrada en hola, no tengo moral para mas. Muchos besos

1 comentario:

Anónimo dijo...

Jarca ¡te daba por perdida! La verdad es que las crisis las pasamos todos y en cualquier época de nuestra vida. Por si te srve de algo mi madre dice que cuando estamos deprimidos sin razón aparente es que estamos aburridos. Y algo de raZÓN DEBE DE TENER. Besos y a animarse.